DEFENSOR DEL PACIENTE FALSO MEDICO MALAGA A PRISION TRAS EJERCER 15 AÑOS INTRUSISMO PROFESIONAL Y PELIGRO SALUD DE LOS PACIENTES «Por causas de fuerza mayor no podré pasar consulta hasta nuevo aviso. Disculpe las molestias, me pondré en contacto». Con este escueto mensaje en la puerta de su consulta despachaba Manuel Rodríguez Navarro las citas que ha dejado pendientes desde el 4 de noviembre, cuando la Policía Nacional lo detuvo acusado de ejercer como médico sin serlo. La queja de una paciente destapó el negocio que el falso galeno regentaba en Carretera de Cádiz desde hace 15 años. En todo ese tiempo, trató a «decenas» de adultos, niños e incluso algún bebé. El juez lo ha enviado a prisión.
El pasado 2 de julio, el Colegio de Médicos de Málaga recibió una llamada de una mujer que había llevado a su madre a la consulta del doctor Rodríguez Navarro, situada en el 1ºB del número 1 de la calle Frigiliana. Quería saber si aquel médico, que se anunciaba incluso en Internet, estaba colegiado. Al día siguiente, la institución envió un correo certificado al supuesto facultativo para que aclarara su situación. No recibió respuesta alguna.
Los servicios jurídicos del colegio empezaron a hacer indagaciones y confirmaron, a través de la Organización Médica Colegial, que tampoco aparecía en ningún otro listado de España. Ante esta situación, el 2 de septiembre, denunciaron ante la Fiscalía de Málaga el que consideran «el caso de instrusismo profesional más grave registrado hasta ahora en la provincia», según indicó este organismo en un comunicado.
La investigación recayó en el Grupo II de Fraudes de la Comisaría Provincial. El día 4, agentes de paisano se presentaron en su consulta y le preguntaron por la docena de títulos que tenía colgados en la pared, que lo acreditaban como especialista en medicina general, rehabilitadora y forense, cirugía en el deporte o experto en inteligencia emocional y comunicación no verbal. Había incluso un diploma por una tesis doctoral en fisiología y rehabilitación.
Copias burdas
Los policías reconocieron a la vista que los títulos eran falsificaciones burdos y de poca calidad. «Se gastó en ellos lo que en tinta de la impresora, pero al estar enmarcados se notaba menos», comenta uno de los investigadores. El hombre, de 46 años, reconoció que ninguno era auténtico. Fue detenido por los presuntos delitos de falsedad documental, intrusismo y contra la salud pública.
En el registro de su consulta se intervinieron, además de los diplomas, varias agendas de citas con nombres -una por cada uno de los 15 años que ejerció-, útiles para el desempeño de las funciones médicas y fármacos. Los medicamentos estaban almacenados en el baño.
Los historiales de sus pacientes les permitieron seguir tirando del hilo. Así fue como descubrieron sus tarifas de precios y los tratamientos que realizó. Según informó ayer la Comisaría Provincial, cobraba desde los 30 euros por un masaje rehabilitador de media hora -a los habituales se lo dejaba en 15- hasta los 4.700 euros que pagaron unos padres por un tratamiento de dos años para su hijo, que tenía un problema ocular. Supuestamente, llegaba a prescribir medicamentos a sus pacientes, entre ellos a un bebé de tan solo ocho meses.
El presidente del Colegio de Médicos, Juan José Sánchez Luque, advirtió: «Si se confirma este extremo, ha podido poner en peligro la vida de las personas». El representante de la institución, que se personará en el caso como acusación particular, subrayó la importancia de que la colegiación sea obligatoria como garantía del profesional y, sobre todo, del usuario.
Los investigadores han tomado declaración a una veintena de personas que pasaron por su consulta. Al parecer, el hombre se presentaba como experto en medicina deportiva e incluso aseguraba haber trabajado con futbolistas de elite en clubes como Atlético de Madrid y Osasuna. Sus vecinos cuentan que Manuel Rodríguez es pamplonés, está casado y tiene al menos una hija.