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Indemnizan con 32.000 euros a una mujer por las quemaduras sufridas tras una depilación láser
Pretendía acabar con el suplicio de la cera con un sencillo tratamiento de fotodepilación, y acabó viviendo un calvario que duró casi un año. Una joven malagueña de 30 años sufrió quemaduras de primer y segundo grado causadas por el sistema de luz pulsada interna (IPL) utilizado para eliminar el vello.
Ahora, el centro estético donde se realizó el tratamiento, que pertenece a la franquicia de Clínicas Dorsia, ha sido condenado a indemnizar a la mujer con 32.262 euros por las secuelas físicas y psicológicas, según la sentencia, a la que ha tenido acceso SUR, y contra la que cabe recurso.
El fallo dictado por el titular del Juzgado de Primera Instancia número 12 de Málaga considera acreditado que hubo «negligencia» en el tratamiento, que comenzó el 24 de abril de 2006. Ese día, la joven acudió a la clínica para la primera sesión de fotodepilación en axilas, ingles y línea alba, que va del ombligo al pubis, y donde en ocasiones aparece vello.
Después del verano, la chica reanudó el tratamiento con una segunda sesión, realizada en noviembre, en las mismas zonas del cuerpo. Fue tras esta nueva visita a la clínica cuando notó la aparición de quemaduras en el abdomen y en la cara interna de las ingles. Según la sentencia, la mujer declaró que en el centro estético le explicaron que era «algo normal» y le hicieron una cura con Blastoestimulina (una pomada cicatrizante).
Pese a ello, en diciembre continuó con la fotodepilación, que además se extendió a las piernas. Las sesiones de láser se repitieron en febrero y mayo de 2007 hasta que, en enero de 2008, finalizó el tratamiento. Le costó 3.568 euros -pidió un préstamo para pagarlo-, a los que hubo que añadir 78,24 euros de gastos por fármacos y cremas para las heridas.
Al terminar la fotodepilación, la joven presentaba quemaduras de primer y segundo grado en la cara anterior y posterior de las piernas y en la zona abdominal. Tardó casi un año en recuperarse, en el que tuvo que acudir en varias ocasiones a la clínica para recibir sucesivas «curas y drenaje de ampollas», según la sentencia.
La demanda interpuesta por la afectada, a la que representa el letrado Francisco Damián Vázquez, de la Asociación El Defensor del Paciente, calculó en 27.615 euros la indemnización por las secuelas estéticas y psicológicas, ya que sufrió «trastorno de ánimo depresivo», acompañado de un cuadro de ansiedad, insomnio y miedo a situaciones comprometidas. También reclamó la devolución del coste del tratamiento.
El juez estimó por completo la cantidad demanda. Consultado por este periódico, el letrado malagueño calificó de «importante» la sentencia al reconocer el «carácter estético voluntario» de la fotodepilación y considerar que debió existir «mayor control médico en el tratamiento». Además, según Vázquez, «la indemnización es una de las más altas de España por hechos similares».