Muere una mujer despues de que en el hospital cruzaran su test de coronavirus, negativo, con otro positivo
El hospital Carlos de Haya (Málaga) admite que cruzó muestras de dos pacientes y Ana María Heredia, que en realidad no tenía el virus al llegar al centro, fallece de Covid-19 días después de que se la trasladara a la planta de infecciosos. Un juez investiga los hechos.
El Defensor del Paciente asegura que el hospital admitio que confundio muestras de dos pacientes antes de que la paciente falleciera con Covid-19 dias despues de ser trasladada a la planta de infecciosos.
Denuncian la muerte de una mujer en Carlos Haya tras cruzarse su test de coronavirus negativo con otro positivo. Asociacion del Defensor del Paciente.
Un cúmulo de despropósitos con un trágico desenlace: la muerte de una mujer en el hospital Carlos Haya de la capital malagueña. Así describen los familiares los últimos días de una paciente a la que dicen, en un principio no querían trasladar al centro sanitario pese a encontrarse con una fiebre muy alta que no bajaba. Una placa de tórax que salió mal y que nunca se repitió, un falso positivo en coronavirus tras cruzarse muestras de enfermos y finalmente su fallecimiento, esta vez sí, con COVID-19 después de haber estado ingresada en la planta de infecciosos, algo que, según sus hijos, nunca tendría que haber ocurrido.
Por ello, a través del abogado Damián Vázquez de la asociación del Defensor del Paciente, han acudido a los tribunales y han denunciado al hospital por este caso, que arranca el pasado 4 de marzo cuando la mujer se desplomó en casa. Tenía fiebre, por lo que sus hijos comenzaron a darle paracetamol. Al no mejorar, a los dos días llamaron a Salud Responde, donde le recomendaron que le siguieran suministrando el citado fármaco, así como Cefixima, un antibiótico.
Como la situación de la mujer, de 73 años de edad, continuaba igual, el 8 de marzo fue trasladada en ambulancia hasta el Carlos Haya. Allí le dieron el alta tras realizarle una placa de tórax que salió mal y que nunca se repitió, siempre según la denuncia del Defensor del Paciente, que califica esta actuación de «improcedente».
Sin embargo, sus hijos cuentan que el estado de su madre empeoró, ya que comenzó a tener diarrea. Pese a ello y a que volvieron a llamar a la ambulancia, insisten en que les recomendaron que siguieran dándole paracetamol, Cefixima y Fortasec, este último medicamento, para cortar el flujo de heces.
Esperaron varios días para ver si el antibiótico hacía efecto y la situación de su madre mejoraba. Al ver que no era así, el 11 de marzo uno de sus hijos cuenta que llamó sin éxito a los teléfonos habilitados para la prueba del coronavirus en casa, así como al 061 y al 112. Desde este último servicio de emergencias sí que le contestaron y le dijeron que darían parte a un epidemiólogo, aunque nunca más obtuvieron una respuesta, según el Defensor del Paciente, desde donde aseveran que existía una «total pasividad» del Servicio Andaluz de Salud para hacer test de COVID-19.
Al día siguiente lo volvieron a intentar con idéntico resultado, por lo que llamaron de nuevo a una ambulancia para que trasladase a su madre a un hospital. Acudieron, según la denuncia, tres sanitarios ataviados con los trajes de protección, que no quisieron llevarla a Carlos Haya. La asociación insiste en que entre ellos se produjo la siguiente conversación.
«Uno de los sanitarios dijo textualmente: ‘Nos va a tocar a nosotros llevarla al hospital’, a lo que otro respondió, ‘espera que voy a hacer una llamada’. Determinaron dejarla en casa y no trasladarla, lo que no resulta ajustado a la buena praxis medica«, se recoge en la denuncia.
Finalmente fue ingresada el viernes 13 de marzo, con una fiebre de 38,9, según las mismas fuentes. Se explica que la mujer fue llevada a una sala de aislamiento, en la que estuvo acompañada por sus hijos, desde las diez de la mañana hasta las 20.00 horas, cuando la subieron a la planta de infecciosos. Pese a las continuas peticiones de sus familiares para que le dieran paracetamol, afirman que solo le pusieron oxígeno.
Esa misma tarde, cuentan que les comunicaron que su madre había dado positivo en la prueba de coronavirus. No fue hasta el día siguiente cuando supieron que todo había sido un error. Indican que estuvieron llamando al centro para conocer el estado de salud de la paciente y que, hasta las 20.50 horas del sábado, no les comunicaron que «se habían equivocado de muestra», que habían repetido el test y que resultó negativo.
Desde el Defensor del Paciente precisan que entonces salió de la planta de infecciosos, siendo trasladada a otra zona del hospital en la que estuvo en contacto con otras personas, sanitarios y pacientes. Después de dos días, los familiares aseguran que la volvieron a llevar infecciosos. Para entonces, presentaba un cuadro con «neumonía» y le iban a realizar de nuevo la prueba para ver si estaba contagiada de COVID-19.
La paciente continuó ingresada hasta el miércoles 18 de marzo, cuando los familiares explican que recibieron una llamada del hospital Carlos Haya en la que se les informó del fallecimiento de su madre «a causa de una neumonía y coronavirus». Por ello, desde la asociación insisten en que existe una falta de control adecuado en la atención medica a la paciente y en la toma de muestras para la prueba de COVID-19, con errores en la trazabilidad, y «una evidente relación de causalidad con la omisión de medios que finalmente acabaron con la vida» de la mujer.
Los seis hijos, que no pudieron velar a su madre y están teniendo problemas ante la negativa inicial de la funeraria de entregarles las cenizas, han acudido al Defensor del Paciente para llevar a los tribunales el caso. Con la denuncia interpuesta, desde la asociación aseguran que las administraciones sanitarias han actuado mal y tarde en la gestión del coronavirus, al no haber proporcionado medios suficientes de protección a los sanitarios y pacientes, lo que «ha supuesto un aumento considerable de casos».
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