ENTREVISTA A DAMIAN VAZQUEZ ABOGADO EN REVISTA MEDICA REPORTAJE CORPORACION DERMOESTETICA La quiebra de la otrora mediática Corporación Dermoestética ha dejado en la estacada a cientos de pacientes, médicos y demás empleados. Hasta finales de 2014, la empresa estuvo aceptando clientes cuando sus responsables ya trabajaban en el lanzamiento del concurso de acreedores previo a su liquidación. Lo peor de esta historia no es que el reembolso de las cantidades entregadas a cuenta por las operaciones y tratamientos alcance un 20 por ciento, según datos de la plataforma constituida tras la quiebra, sino que muchos afectados han tenido que acudir a otras clínicas para continuar tratamientos que se quedaron literalmente a medias, pero pagando de nuevo.

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Unos tratamientos a medias; otros, ni siquiera empezados. Pero eso sí, con dinero a cuenta. Casi siempre mucho dinero y, también, ‘deudas’ contraídas con financieras. Corporación Dermoestética ha dicho adiós a una larga trayectoria (35 años a sus espaldas, más de medio millón de clientes), a un nombre conocido (tenía una constante presencia en medios de comunicación) y a una de las redes de clínicas más relevantes de España (medio centenar de centros propios). Pero con su despedida, anunciada a mediados de diciembre, se ha llevado por delante, sobre todo, a cientos de clientes y numerosos trabajadores, así como a sus proveedores.

Una pancarta reivindicativa colgada en las puertas de una clínica cerrada. Imagen: HOAC Sevilla.

El pasado mes de febrero, el juez admitía el auto de declaración de concurso voluntario de acreedores, lo que antiguamente se denominaba suspensión de pagos, y en ese momento se oficializaba la apremiante agonía de una empresa con un importante número de pacientes entre manos.

Su lema, “Confianza clínicamente probada”, era de los más habituales en los medios del país. Pero hoy día, los cientos de clientes perjudicados por el derrumbe repudian cada una de las tres palabras: ni pueden confiar en una firma que hasta el último momento estuvo ‘cogiendo’ dinero a sabiendas de que no tenía futuro; ni en las clínicas, que están cerradas; ni en las pruebas, porque se han quedado, directamente, sin respuestas. Por eso, se ha formado una plataforma de afectados cuyos abogados se encargan de canalizar las reclamaciones económicas y buscar soluciones a los posibles problemas sanitarios derivados de la interrupción de los tratamientos.

El letrado portavoz del colectivo de pacientes, Damián Vázquez, reconoce que la situación actual es verdaderamente inaudita, tratándose de una empresa que fue una auténtica referencia y que, sin embargo, no ha dado la talla en su languidez. La plataforma, constituida hace unos meses, agrupa ya a unos cien pacientes, aunque cada semana se añaden más personas ante la impotencia generada por las circunstancias (estiman que hay un millar de clientes concernidos).

El propietario paga de su bolsillo
a los empleados
Los casi 300 trabajadores que tenía la compañía respiran más tranquilos desde hace unos días, cuando conocieron, a través de los representantes sindicales, que el accionista mayoritario de Corporación Dermoestética, José María Suescun, acordó el pago de 3,8 millones de euros para afrontar las retribuciones del expediente de regulación de empleo (ERE) que se puso en marcha tras anunciarse el cierre.

De esta manera, se evita que el ERE entre en un largo proceso judicial para analizar las causas y las justificaciones del mismo. Aunque, eso sí, para cobrar las nóminas pendientes desde diciembre de 2014, los empleados han de acudir al Fondo de Garantía Salarial (Fogasa).

Devoluciones “aleatorias”
En la plataforma hay “una representación de prácticamente casi todo”, pero con un común denominador: pacientes que pagaron tratamientos de entre 600 y 15.000 euros. Unos, con ahorros “generados durante mucho tiempo” y otros, a través de operaciones financieras con entidades. Y he aquí la ‘gracia’ de todo el asunto: unos procedimientos médicos ni siquiera habían arrancado antes de que Corporación Dermoestética cerrase, mientras que otros estaban a medias. Y si para los primeros el trago era duro, para los segundos, mucho más.

La cuestión es que son muy pocos los clientes que han podido conseguir recuperar su dinero. La plataforma de afectados calcula que solo lo han ‘rescatado’ entre un 20 y 30 por ciento de los clientes. “Y lo peor es que las devoluciones se han producido de manera totalmente aleatoria. Es decir, no hay un patrón común. Ni se han dado a todos los que tienen contratos con más antigüedad o los más recientes. No hay explicación alguna”, asevera a ‘Revista Médica’ Damián Vázquez.

Exigencias ante la falta de información
¿Y qué ocurre con aquellos que han financiado los tratamientos? Porque aquí la paradoja es mayor: hay casos que aun no habiendo concluido los mismos, su relación con la financiera se prolonga en el tiempo, independientemente del cierre de Corporación Dermoestética. En estos casos, que no son pocos, los abogados de la plataforma también están trabajando.

Concentración de trabajadores. Imagen: PA Sevilla.

“Buscamos paralizar el pago de los créditos porque éstos estaban vinculados a unos tratamientos que no se han ejecutado por completo”, señala el representante del colectivo.

Además, los reembolsos no se están haciendo motu proprio. De ahí que los afectados tengan que ser asistidos por abogados, quienes, en primer lugar, están emitiendo requerimientos a la sede de la empresa, ubicada en Valencia. Además, el representante legal señala que se está haciendo firmar a los clientes las devoluciones en documentos en los que aparece otra sociedad, no directamente Corporación Dermoestética.

Pagar dos veces por lo mismo
Otra singularidad que está dejando la quiebra de Corporación Dermoestética, que llegó a expandirse en sus buenos tiempos a otros países como Italia, Reino Unido o Portugal, es la de aquellos pacientes que tenían pendientes reintervenciones. Ante la pasividad de la compañía, muchos afectados se pusieron en contacto con los facultativos que les estaban atendiendo, pero no ya a través del canal de la empresa, sino directamente con ellos. Entonces, estos pacientes se dieron de bruces con otros ‘compañeros’: médicos también afectados.

“Los médicos contactados a iniciativa propia de los pacientes les han dicho que ellos están igualmente perjudicados. Y se han ofrecido a completar los tratamientos en otras clínicas en las que trabajan ahora, pero, eso sí, pagando otra vez, porque el dinero lo pagaron a Corporación Dermoestética, no a los médicos”, indica Damián Vázquez.

“¡Qué panda de ladrones!”
Quienes confiaron en la firma, ahora la denigran, y exponen su porqué: “¡Hola! Soy de Burgos y también me he quedado con el tratamiento de Invisalign (sistema invisible para enderezar tus dientes) a medio terminar. Estoy indignada: para cobrar sí que lo hacen por adelantado, pero para realizar el tratamiento nos dejan a medias. ¡No hay derecho! Tendremos que emprender acciones legales contra ellos si queremos ver nuestro dinero. ¡Qué panda de ladrones!”, dice una clienta en Facebook.

En el mismo perfil de la plataforma, otra usuaria indica: “Yo soy de Vigo, y de momento me han dado los informes, haciéndome aún drenajes en un pecho, y pendiente de un retoque… Y mi cirujano ha dejado de ir a la clínica por falta de cobro de nómina”. “Soy de Málaga y tengo un tratamiento bucodental con Corporación, tengo media boca arreglada y la parte izquierda sin arreglar”, añade otra mujer en la misma web.

“Estos son una manada de sinvergüenzas que juegan con la vida de las personas y han estado cogiendo dinero de pacientes hasta hace unos días sabiendo que ya cerraban”, escribe otra persona en la red social. El portavoz de la plataforma asegura que la indignación es más que palpable, especialmente ahora que se conoce que no hay unos razonamientos lógicos, según afirma, la hora de cobrar.

Del parqué a la “incertidumbre significativa”

Cartel contra el propietario, en la puerta de una sede de la firma. Imagen: Javier HG.

El declive de Corporación Dermoestética arrancó verdaderamente hace dos años, cuando el que fuera gigante de la medicina y cirugía estética españolas acabó el ejercicio de 2012 con patrimonio neto negativo. A mediados de 2013, la compañía dejó de cotizar en Bolsa, tras una aventura que se prolongó cerca de ocho años. Su primer paso en el parqué bursátil cotizó a 9,1 euros por acción, mientras que su despedida acabó en 0,325 euros.

Tras salir de la Bolsa, el presidente adquirió el 40 por ciento de la compañía (ya poseía casi el 60 por ciento) a través una operación pública de adquisición intermediada por otra empresa suya, Pabellón Paladio, a 0,33 euros por título. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) señala en un informe auditor hecho por Deloitte basado en los estados financieros a 31 de diciembre de 2012 que hay una “incertidumbre significativa sobre la capacidad de la sociedad para continuar su actividad, de forma que pueda realizar sus activos y liquidar sus pasivos por los importes”. Ciertamente, era un presagio de lo que finalmente ha ocurrido.

Los trabajadores: “No hay dinero ni para fotocopias”
Hay más testimonios de los clientes que evidencian una situación verdaderamente anodina. Los responsables de la plataforma de afectados aseguran que, al principio de todo, los empleados intentaban responder lo mejor posible a sus demandas, teniendo en cuenta la información de la que disponían. Después, las respuestas a los pacientes han sido otras: “Han llegado a decir que no había dinero ni para fotocopias. Así está el panorama”, afirma el abogado de la plataforma.

En el colectivo de afectados también se han inscrito trabajadores, ante la indefensión en la que se encontraron al conocer el fin de la actividad de la empresa. Los empleados han protagonizado diversos actos de protesta, como concentraciones ante las puertas de la compañía, en las que denunciaron el cierre de una firma que fue la auténtica ‘reina’ de la medicina estética en España.

De cara al público, Corporación Dermoestética está prácticamente desaparecida. Ya no hay anuncios en la televisión, en la radio o en la prensa. Su página web está inactiva, hasta el punto de que han borrado las secciones de tratamientos, equipo médico, historia, facilidades de pago, promociones y la información sobre las clínicas “cerca de ti”. Si se busca su perfil oficial en Facebook, no sale nada, y en Twitter, la red de los 140 caracteres dice: “Lo sentimos, ¡esa página no existe!”.

Solo queda su presencia testimonial en Youtube, donde, precisamente, siguen colgados algunos anuncios promocionales. El último es este: “Corporación Dermoestética se ha convertido en número 1 en cirugía gracias a sus más de 80.000 intervenciones de cirugía estética realizadas. La seguridad y la confianza que han depositado nuestros pacientes en nosotros avalan el trabajo de los más de 100 cirujanos que trabajan a diario en nuestras clínicas”. Hoy día, todo su mensaje no es más que papel mojado, pero, eso sí, un papel mojado que enerva a los cientos de afectados cuya solución parece que se va a prolongar en el tiempo.

Vazquez Abogados da ayuda legal a la plataforma de afectados corporacion dermoestetica.

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