Denuncia que su Audi cayo por un desnivel por las indicaciones del aparcacoches en Malaga
El dueño del vehículo ha demandado a la Asociación Integral de Minusvalidos para reclamarle los daños, ya que, según sostiene, se negaron a darle la póliza
Es una demanda poco habitual, ya que lo normal son accidentes de trafico. Entró en el descampado que hay delante del Hospital Clínico para dejar su vehículo, un Audi Allroad que, cinco años antes, le había costado 72.000 euros. Un aparcacoches se colocó delante de él y guió su automóvil hasta un hueco libre. «Adelante, adelante», le dijo mediante gestos, según el conductor y propietario del turismo. «Le hice caso y seguí de frente. Fueron décimas de segundo. Cuando el coche se detuvo, abrí la puerta y miré. Había caído por un terraplén de cuatro metros de altura». Luis Asenjo, el dueño del vehículo accidentado, presentó una demanda contra la Asociación Integral de Minusválidos (AIM) por los daños en el automóvil. El juicio en el que se estudiará su reclamación está previsto para el mes de abril.
Cuando se bajó del automóvil, el aparcacoches descendía por el terraplén echándose las manos a la cabeza. «Llevaba la acreditación de la AIM colgada del cuello con su foto». Luis reproduce, tres años después, aquella conversación. «¿Qué te ha pasado?», le preguntó. «¡Dímelo tú!», respondió él. Pese a todo, le dio el euro y guardó el tique, que ahora ha aportado a la causa, donde se lee: «Responsabilidad civil asegurada».
El coche de Luis sufrió daños graves que afectaron al radiador, el motor, el guardabarros, el ‘cubrecárter’ y las luces. La grúa –el conductor, que es testigo en la causa, afirma que el desnivel no estaba señalizado– lo llevó directamente al taller, donde permaneció durante más de dos años. «Me tuve que ir apañando todo ese tiempo utilizando la moto y pidiendo favores para que algún familiar me prestara el suyo, porque tengo tres hijos», sostiene el propietario. El coste inicial de la reparación, según las facturas que aporta, ascendió a 4.806 euros, a los que se han ido sumando las averías añadidas por el tiempo que estuvo inmovilizado –como el depósito de la gasolina– y los «gastos de hotel», esto es, la estancia en el taller. El total, según el dueño del coche, supera ya los 10.000 euros.
Sin solución amistosa
Luis Asenjo asegura, y así lo expone en la demanda, que intentó llegar a una solución amistosa con la AIM. «Contacté con ellos para que me proporcionaran el número de póliza, pero se negaron a hacerlo porque decían que les iba a subir la prima», afirma. Tras varios intentos más, acabó recurriendo a la vía judicial. «La primera vista se señaló en 2013, y no asistieron. La segunda, en 2014, y tampoco se presentaron. A la tercera, el pasado diciembre, sí acudieron e informaron de que disponen de una póliza de seguro, pero se negaron a hacerse responsables del siniestro». Este periódico intentó contactar, sin éxito, con algún responsable de la asociación para saber su versión.
El afectado quiere dar a conocer su caso para que los ciudadanos y la administración conozcan la situación. «Es un peligro para los que utilizan los aparcamientos de AIM y un fraude para los que confían en su labor social, ya que, cuando hay un problema, no se hacen responsables. Tanto el Ayuntamiento como la UMA, propietaria de los terrenos, deberían controlar cómo actúa esta asociación en un lugar de uso público», concluye.
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