NEGLIGENCIA MEDICA Elizabeth, la joven amante del arte que perdio la visión con 12 menor edad: «Me han arrebatado mi infancia»
En 2008 fue operada de una «gran masa tumoral en la hipofisis» que no fue diagnosticada con anterioridad a pesar de los «evidentes sintomas» que demostraba.
Caso tramitado por VAZQUEZ ABOGADOS Telefono 952215859
José Antonio sostiene la mano de Elizabeth pegada a la suya. La admiración que siente por su hija se hace notable a través de su mirada, que se mantiene transparente y sincera. Están sentados en un banco del parque Jurado Lorca de Vélez-Málaga.
Elizabeth López García se refuerza el nudo de sus cordones rosas y se aúpa para comenzar a caminar con la ayuda de su bastón, que le sirve de guía para esquivar los obstáculos que se presenten en su camino. «Vamos mejor a otro lado más tranquilo», sostiene su padre, mientras se dirige a una plaza en la que la sombra que ofrece un gran olivo es protagonista. Y se agradece por la ‘soleá’ de la zona.
Eli, como la llaman de manera afectuosa sus padres, se vale por sí misma andar, pero requiere de la vigilancia de José Antonio para evitar correr riesgos por la severa pérdida de visión que sufrió hace más de diez años. Es mediodía y el ruido de los pájaros que sobrevuelan el parque es el único impedimento que obliga a alzar la voz más de lo habitual.
«Su hija sufre un tumor en la hipófisis«. Estas palabras las pronunció un oftalmólogo a José Antonio en el año 2007. Tras varias pruebas y varios «imposibles» de que Elizabeth «no viese nada» por el ojo izquierdo, la fatalidad llegó a esta familia de la Axarquía.
A día de hoy, Elizabeth tiene 26 años y presenta un 86 por ciento de discapacidad –así lo certifican los documentos– que le impide desarrollar la vida con una mínima normalidad. Su familia asegura que «no veían normal los síntomas» que sufría, pero «no entendían nada de medicina, hasta que decidí empaparme de lo que le estaba ocurriendo a mi hija«, sostiene su padre.
Tras varios meses de lucha, lograron que se le realizase una resonancia magnética a Elizabeth a finales de noviembre del mismo año, con el objetivo de «entender que estaba ocurriendo«. Los dolores «iban a más» y la pérdida de visión cada vez era «más acentuada». El resultado no fue esperanzador. Pero sí era claro.
«A mí se me cayó el mundo encima», reconoce José Antonio. Una gran masa tumoral se había apoderado de gran parte de la glándula hipófisis de Eli. Por fin se daba una respuesta a las permanentes «pérdidas de visión y continuas cefaleas» que sufría su hija. Sin embargo, la resignación entra en escena: «Si lo hubiesen observado antes, mi niña no estaría sufriendo todas estas secuelas».
Con el diagnóstico ya definido, el doctor Miguel Ángel Arráez se hizo cargo de la vida de Elizabeth: «Hoy está aquí sentada gracias a él», admite. Está muy agradecido a su labor y ensalza el «inmenso tacto» que demostró al operar a su hija «el día que no le tocaba trabajar».
La operación estaba prevista para el día 21 de enero de 2008, pero el día 12 del mismo mes la joven sufrió «una grave necrosis» y tuvo que ser operada de urgencia. «Era sábado», recuerda José Antonio. «Fue una operación para salvarle la vida. Sin duda». Elizabeth perdió la vista completamente tras esta cirugía y tardó «más de dos meses» en poder recuperar una ligera claridad en sus ojos.
Asimismo, el día 9 de junio del mismo año, Eli se enfrentaría a una nueva operación para tratar de extirparle el tumor que «tanto había costado diagnosticar». «Si este tratamiento se hubiera hecho antes, mi hija no hubiera perdido tanta vista y el tumor no hubiese crecido tanto«, lamentan sus padres.
La familia López García reconoce que son testigos de Jehová, por lo que se aferraron a esta ideología para confiar en que su pequeña Elizabeth saldría bien de aquel eterno quirófano. En este sentido, a nivel judicial, los padres de Eli están «muy agradecidos» a Damián Vázquez, el abogado, colaborador de los servicios jurídicos de la Asociación ‘El Defensor del Paciente’, que presentó la demanda contra el Servicio Andaluz de Salud. Este especialista aceptó el caso «desde el minuto uno» y les ha acompañado en este proceso «durante más de 12 años».
«Si mi hija hoy no nos falta es gracias a nuestro abogado y gracias a Dios«, relata José Antonio. Elizabeth está viva y «está bien», por lo que esta familia de Vélez-Málaga se muestra agradecida al personal sanitario que permitió que su vida no se apagara hace más de diez años.
Elizabeth, mucho tiempo despues
La vida de Elizabeth ha estado marcada por una mala pesadilla de la que nunca va a poder despertar. Pero eso no le impide vivir con fuerza y energía gracias a sus padres, que le sirven de guía «y de lo que haga falta». Sin embargo, reconoce con tristeza e impotencia, que «sé que no voy a poder estudiar ni trabajar por mis condiciones«.
A Eli le encanta la música y la pintura, -«el arte en general»-, pero sus limitaciones le han impedido formarse en esta temática: «Me quedaba dormida en las clases y tengo muchos cambios de sueño».
Además, expone que le resulta complicado conciliar el sueño por las noches: «Si apenas cierro los ojos para descansar es imposible que rinda en el trabajo«. Esta misma noche ha estado «con los ojos como platos» hasta las cinco de la mañana, explica su padre. Lo achacan a los problemas que sufrió en la glándula hipofisaria, que «es la encargada de controlar las hormonas«.
«A mí me encanta recordar mi infancia«, afirma Elizabeth. Una sonrisa se le dibuja en la cara mientras que la mirada de su padre se mantiene firme y llorosa mientras mira el rostro de su hija. «Ya no me acuerdo como es ver bien y me encantaría poder recordarlo«.
Eli es una «superviviente» que nunca ha decidido darle la espalda a la vida, y ha optado por seguir peleando contra cada obstáculo que se ha encontrado. Hoy, con 26 años, le encanta jugar con su perrita Nora y disfrutar de su familia en un primer piso de la calle Soléa de Vélez-Málaga.
FUENTE DIARIO SUR
Condenan al SAS a indemnizar a una paciente con 600.000 euros por un error en el diagnostico de un tumor
La joven, actualmente con 26 y que cuando sucedieron los hechos tenía 12, perdio la vision de un ojo por falta de tratamiento
El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 4 de Málaga ha estimado parcialmente la demanda presentada por una paciente, actualmente con 26 años y que cuando sucedieron los hechos tenía 12 años, por el error de diagnóstico de un tumor no detectado a tiempo, que provocó la pérdida de visión por falta de tratamiento. La sentencia, que no es firme, insta a indemnizar a la joven con 594.485 euros.
La demanda, presentada contra el Servicio Andaluz de Salud por el abogado Damián Vázquez, colaborador de los servicios jurídicos de la Asociación ‘El Defensor del Paciente’, en nombre de la joven, que ha seguido la reclamación iniciada en su día por sus padres, relataba que en agosto de 2007 la niña fue remitida por su pediatra del centro de salud de Vélez-Málaga a la consulta de oftalmología en el Hospital Comarcal.
Las primeras dos semanas, tras la colocación de las lentes, la visión se recuperó algo, pero se le acentuaron los dolores de cabeza, ahora localizados en la parte derecha, encima de la ceja, produciéndose a comienzos de septiembre de 2007 una nueva pérdida de visión, por lo que fue explorada por su pediatra quien diagnosticó una sinusitis y le prescribió tratamiento antibiótico, que no surtió efecto alguno.
Al ser los dolores de cabeza cada vez más frecuentes, acudieron nuevamente a consulta con su pediatra a finales de septiembre, quien, en esta ocasión, diagnosticó migraña y prescribió nuevo tratamiento. A comienzos de octubre, se le realizó un TAC craneal sin contraste, que se valoró por parte de los profesionales como «normal», aunque los dolores de cabeza eran más fuertes y localizados y había perdido más visión«.
En noviembre de 2007, realizaron a la menor la prueba de potenciales evocados y una resonancia magnética de cráneo, cuyos resultados, que «llevaban varios días en el Hospital Comarcal, sin haber sido informados los padres de la paciente», apuntaban a que la menor tenía una «gran tumoración hipofisaria», siendo el único tratamiento posible la realización de una intervención quirúrgica craneal.
Finalmente, según se precisa en la demanda, la menor necesitó de dos intervenciones realizadas en el Hospital Regional de Málaga, la primera practicada de urgencia en enero de 2008 y luego para extirpación total de la lesión tumoral, en junio de ese mismo año, comenzando tras su alta hospitalaria con tratamiento radioterápico que finalizó en el mes de septiembre de 2008.
Posteriormente, la reclamante presentó una grave pérdida de la agudeza visual, con visión nula en uno de los ojos y mínima en el otro, trastorno de la vía óptica tumoral, así como enfermedad del sistema endocrino-metabólico y tumor benigno de glándula endocrina tumoral, teniendo por todo ello reconocido desde junio de 2008 un grado de minusvalía del 81 por ciento, dice la demanda.
La sentencia hace hincapié en «la muy alta trascendencia que para realizar los sucesivos diagnósticos tuvo el resultado de la tomografía cerebral practicada a la paciente en septiembre de 2007», en la que se descartaba la posible lesión y que llevó a facultativos de atención primaria y los diferentes servicios del hospital «a realizar los diagnósticos más probable y que desafortunadamente no coincidían con la patología realmente padecida».
Así, el juez apunta al «carácter erróneo de la valoración efectuada» a dicho TAC, al «no ser posible que el tumor no se apreciase en la tomografía, cometiéndose un error de apreciación en su valoración». Se indica que «no se encuentra explicación plausible que tan solo unas semanas después de su práctica se detectase en la resonancia magnética una masa tumoral de gran tamaño, teniendo en cuenta que el crecimiento de la lesión era lento».
La resolución señala que no puede beneficiar al SAS el hecho de que no conste en el historial médico las imágenes de la prueba diagnóstica TAC, que no han sido entregada ni al juzgado; recordando que, «atendiendo el principio de facilidad probatoria de las partes, es la administración demandada la que ha de soportar la ausencia de aportación de dicha documental».
Por tanto, se concluye la existencia «de error en la valoración efectuada el día 4 de septiembre de 2007», indicando que, «de no haber existido aquel, la extirpación de la masa tumoral hubiese tenido lugar con mucha antelación, ya no sólo disminuyendo ostensiblemente el resultado lesivo, sino suprimiendo por completo el mismo».
«Dado que la pérdida de la visión viene propiciada por el crecimiento tumor, la misma debe imputarse en su integridad a este error valorativo», precisa el juez, por lo que se estima la demanda presentada, de forma parcial.
Si ha sufrido una NEGLIGENCIA MEDICA contacte para ayuda con VAZQUEZ ABOGADOS TELEFONO 952215859