VAZQUEZ ABOGADOS DEFENSOR DEL PACIENTE. Le dejan ciego de un ojo en el hospital de Alcorcón al ponerle una lente que era de otro paciente.

  • La oftalmóloga de Gregorio Gaitán se confundió durante la operación.
  • Ocurrió en el hospital Fundación de Alcorcón en mayo de 2007.
  • El anciano recibirá una indemnización de 70.000 euros.

La de Gregorio Gaitán (79 años) iba a ser una sencilla operación de cataratas programada en el hospital público Fundación de Alcorcón (Madrid) para mayo de 2007. Pero la intervención resultó un desastre y el anciano terminó perdiendo la visión de su ojo derecho debido a un clamoroso error médico. Ser le reconoce 70000 € en reclamacion presentada por el Defensor del Paciente.

Gregorio, que a día de hoy padece depresión, ansiedad y fobia a entrar en un hospital, recuerda cómo mientras salía del quirófano oyó que la oftalmóloga gritaba a los celadores: «Regresad, regresad».

Cuando le subieron de nuevo a la mesa de operaciones asegura que la doctora le dijo «que se había confundido y le había puesto la lente de otro paciente». El problema es que solo hay una forma de retirarla: rompiéndola. Y al hacerlo, la cirujana le provocó también un edema ocular, hemorragias y heridas irreversibles en la córnea.

A urgencias cada 72 horas

Durante 15 meses, y ciego completo del ojo derecho, Gregorio ingresaba cada 72 horas por urgencias «para que le anestesiaran ante los fuertes dolores que tenía», explica su hija.

Le han negado la palabra a un anciano, que no entiende por qué no le piden perdón si se ha quedado ciego

La familia insiste en que los 70.000 euros de indemnización que recibirán no evitan el calvario que han pasado. «Han intentado que nos cambiáramos de hospital, echarnos», cuentan con tristeza. «Hasta le han negado la palabra a mi padre, un anciano que no entiende por qué no le piden perdón si el que ha perdido la vista es él», dicen.

Y es que el trasplante de córnea posterior que intentó el hospital tampoco funcionó, ya que el ojo estaba muy dañado. Por eso, Gregorio no se separa nunca de su garrota ya que por un ojo no ve y del otro está tocado por unas cataratas previas.

Mintió en el parte

Tanto el anciano como el resto de su familia admiten que la oftalmóloga «pudo cometer un error» y hasta lo disculpan. Lo inadmisible para ellos es que la cirujana falseara el parte de quirófano, donde consignó que la operación había sido impecable y sin ninguna incidencia.

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