Afectados de Alicante que contrataron los servicios del principal sospechoso en el caso Cigoto dan por perdidas sus muestras después de tres años sin localizar.
Tuvieron dos gemelas y, tras el parto en el Hospital de Dénia, el ginecólogo llevó a cabo el protocolo para recoger las células madre que fueron entregadas personalmente al principal imputado en el caso Cigoto, Raúl C., por el padre de las criaturas, Xavier Cabrera. Felices y contentos, Xavier y su mujer creían haber hecho lo mejor para sus niñas, ya que tras pagar 2.500 euros tendrían la posibilidad de recuperar estas células madre compatibles con las dos hermanas si alguna vez las necesitaran fruto de alguna enfermedad. Supuestamente las células estaban en un laboratorio de Alemania. Tres años después, las dan por desaparecidas.
Dos matrimonios de Alicante afectados por la supuesta estafa con el mantenimiento de células madre en laboratorios de Europa explicaron ayer la «pesadilla» que están viviendo después de tanto tiempo sin saber qué ha sido de las muestras que entregaron al principal sospechoso de la trama, imputado junto a tres personas más y en libertad provisional desde que el pasado diciembre la titular del juzgado de Instrucción número 3 de Alicante, Belén Gutiérrez, le dejara en libertad sin fianza tras ocho meses en prisión preventiva. Fuentes judiciales confirmaron ayer que un total de 38 familias han recurrido este auto y están a la espera de que la Audiencia Provincial resuelva.
El caso, que ahora investigará la Audiencia Nacional tras ordenarlo el Supremo después de que la juez de Alicante presentara una cuestión de competencia, cuenta con un amplio listado de familias que han identificado sus células en laboratorios de fuera de España pese a que no son los que contrataron con el comercial imputado. Sin embargo, hay quien no tiene ni idea de qué ha sido de toda esa información genética con la que creían que sus hijos estarían más cuidados el día de mañana.
«No son los 2.500 euros que pagamos, es la sensación de ser estafado con algo así, después de creer que habíamos hecho lo mejor para nuestras hijas», explicaba ayer Xavier Cabrera, vecino de Calp, a este diario. «Yo se lo entregué todo a Raúl después del parto, feliz porque habíamos conseguido que se hiciera lo de las células madre en un hospital público y creyendo que hacíamos lo mejor para las gemelas». Xavier explica, como la mayoría de afectados de Alicante, que contrató los servicios con Raúl C. tras ver la publicidad en el hospital Levante de Benidorm.
Asegura que le dio seriedad el hecho de que la clínica los tuviera allí, así como la recomendación que hacía el ginecólogo de estos servicios. «Nunca imaginas que pueda ocurrir esto, y eso que a estas alturas lo mejor es que estuvieran en la basura», asegura, y añade que entre los afectados «la gran angustia es no saber qué ha pasado, porque uno no quiere pensar en lo peor, ni en mafias que utilizan este tipo de información genética ni nada de eso». «Quiero creer que las nuestras se tiraron a la basura», afirma este hombre que ha denunciado también ante la Agencia Española de Protección de Datos el trasvase de datos genéticos sin cuplir la Ley. Xavier, quien dijo «no entender qué hace fuera de la cárcel el responsable de todo esto», espera que la Audiencia Nacional «investigue más y se sepa qué ha pasado».
Sergio Montenegro y su mujer, Sonia, ambos de Alicante, también dan por perdidas las células. Entregaron la muestra tras el parto de su segundo hijo hace más de un año al imputado poco antes de que saliera a la luz la investigación, llevada a cabo por la Guardia Civil en el marco de la Operación Cigoto. Coincide con Xavier en que «ojalá las haya tirado, porque con lo que oyes…». También contactó con él tras ver el folleto en el hospital Levante de Benidorm. Stem Cells, el laboratorio donde supuestamente estarían las células tras el pago de 2.000 euros, le confirmó que la muestra no podía estar allí porque Raúl no trabajaba para ellos.
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